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2016

En octubre de 2016 fallecía Manuel Naranjo Arenas, abuelo del fotógrafo Manuel Naranjo Martell (Sevilla, 1988) y una de las figuras más influyentes de su vida.

La Fábrica publica casi cinco años después, 2016, libro con 200 fotografías de Naranjo que componen un cuaderno de viaje de uno de los años más significativos de su biografía reciente.

En este libro, Manuel Naranjo Martell construye un diario emocional que sirve como homenaje a la memoria de su abuelo. Los recuerdos y, sobre todo, el viaje físico y afectivo del artista en un año trascendental de su vida nos sumerge en esta narración llena de verdad y de símbolos: las cuatro estaciones, los recorridos, los territorios o los cielos nocturnos estrellados.

El libro, construido en orden cronológico, arranca en enero de 2016 en Calañas, en la provincia de Huelva, pueblo natal de su abuelo y cuyos paisajes en blanco y negro inauguran la obra. Pronto llegan las imágenes de los estados de Nueva Jersey y Nueva York cubierto de nieve tras el azote de la tormenta Jonás, también con escenas familiares, como la madre y abuela del fotógrafo juntas en una mesa. 2016 pone en contacto dos espacios físicos muy alejados tanto geográfica como culturalmente (Estados Unidos y España), pero ambos fundamentales en la historia y personalidad de Manuel Naranjo Martell. Como él mismo señala: “Mi corazón siempre estará separado en dos, en el medio, el océano Atlántico.”

Este es sin duda uno de los rasgos de este diario de viaje que, en tan solo un año, nos transporta a escenarios muy diferentes y en el que las fotografías transitan desde el reportaje documental a imágenes de una profunda intimidad y gran carga emocional.

2016 fue también el año en el que Naranjo tuvo la oportunidad de retratar al gran saxofonista Gato Barbieri (Compositor y saxofonista, de entre otras obras, de la mítica banda sonora de “El último tango en París”), en su casa de Nueva York, sin ser consciente de que esas imágenes en la intimidad de su hogar, serían los últimos retratos realizados al genial intérprete.

Y de este escenario íntimo al testimonio de grandes eventos e instantáneas de grandes figuras de la música y las artes escénicas: las procesiones de Semana Santa y las corridas de toros de la Feria de Abril; Los caballos salvajes del Parque Nacional de Doñana; conciertos de músicos como Juanito Makandé y el Canijo de Jérez, retratos de otros grandes de la música como Rafael Riqueni y Manolo Sanlúcar y actores como Alberto López y Alfonso Sánchez (los compadres)

De vuelta al entorno más íntimo, Naranjo vivió en ese mismo año uno de los momentos más complicados y a la vez más significativos como fotógrafo: la enfermedad y muerte de su abuelo. Impulso fundamental de esta obra y periodo del que forman partes imágenes de gran intensidad: la enfermedad, la muerte y el duelo, con fotografías de gran carga simbólica. Como él mismo señala la fotografía se convirtió en esos momentos en una herramienta con la que intentar guardar fragmentos de esa persona tan querida y que le estaba marchando. Se trata de imágenes para retener al ser querido, capaces de detener el tiempo e inmortalizar instantes.   

En definitiva, se trata de un libro en el que, con gran generosidad y verdad, el fotógrafo sevillano – estadounidense comparte espacios físicos y emocionales con un lenguaje sincero y de gran intensidad.