«Silencio blanco, solo roto por las fuertes rachas de viento, en las que, con anarquía, volaban los copos de nieve. Solos mi hermano y yo. Solos mi hermano, aquel árbol y yo. Recuerdo caminar entre la ventisca, la sensación de vacío, de lo inhóspito de aquella tormenta, de deambular entre la soledad, del silencio de los copos de nieve al vuelo y del susurro del bosque. Recuerdo observar, caminar, parar, cerrar los ojos y respirar. Silencio. Recuerdo girar y caminar contra la ventisca, sentir los copos de nieve como agujas heladas chocar contra mis párpados casi cerrados. Silencio. El chasquido del obturador de mi cámara se desvanecía al viento, miraba por el visor para poder ver mejor, para poder congelar lo que con dificultad podía mirar. Silencio. Mis pasos crujían, pasos lentos que se abrían entre la nieve. Párpados medio cerrados, pero recuerdo que vi algo. Vi el tiempo, vi la soledad, vi aquel árbol. Ese árbol se transformó, gracias a mi padre, a mi «hermano» Rafa y a nuestro amigo Bosco, que conectó con esta foto y la compró, en lo que sería mi primera Leica, mi primera M3. Con ella retraté lo que jamás pude imaginar. Retraté el último viaje de mi abuelo, su partir».

Jonas Blizzard, Eatontown, Nueva Jersey

23 de enero de 2016

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TARDE DE TOROS